5 de marzo de 2018

90 entrega de los Oscar

Ayer, domingo cuatro de marzo de 2018, se realizó  la 90 entrega de los premios Oscar a lo mejor del cine. En dicho evento, destaco la presencia de la cultura mexicana por varios motivos:

La película Coco, de Pixar, que ganó como mejor película animada y mejor canción, es un retrato de una de las mas entrañables tradiciones mexicanas: La celebración del día de muertos.

El director mexicano, Guillermo del Toro, gano la estatuilla como mejor director y su película, La Forma del Agua, se llevó otras tres más, incluyendo la de mejor película.

Es notable que en los tiempos donde el clima político estadounidense, liderado por su actual presidente, los realizadores mexicanos y la cultura de nuestro país se destaque en la forma que lo ha estado haciendo. Es una cachetada con guante blanco al discurso xenófobo del presidente de los Estados Unidos.

El trabajo constante, metódico, pero sobre todo, con pasión que han realizado nuestros compatriotas en el extranjero ha rendido frutos y sigue sembrando semillas de esperanza para las futuras generaciones. Demuestran día con día que los mexicanos podemos, incluso luchando contra odios y limitaciones absurdas por el origen étnico. En México, debemos de luchar contra la desidia y el conformismo, dejar de ser el barril de cangrejos para convertirnos en el escenario donde brillen nuestras estrellas.

Bravo y felicitaciones a los ganadores y a los que participaron.

28 de febrero de 2017

¡México, México, México!

En la mente del guerrero Tlacaélel se libraba una batalla más intensa que aquella que lo rodeaba en ese momento. El tiempo era exiguo y tenía que encontrar una solución para alejar la derrota que se le venía encima en la figura de los guerreros tecpanecas. Las tropas mexicas y sus aliados eran obligados a retroceder en la batalla y todo parecía indicar que acabarían ahogados en el lago.

Tlacaélel sabía que estaba en un momento decisivo para su pueblo. Estaba a punto de perder la oportunidad de convertirse en el pueblo del Sol, el elegido de los dioses. El pueblo al que se le habían reservado los lugares privilegiados en el universo seria subyugado para siempre. Era urgente retomar el espíritu de grandeza y luchar por su destino divino. Él mejor que nadie sabía eso. Por algo era el supremo sacerdote de Cihuacóatl.

Veía correr a sus hermanos mexicas, veía correr a sus aliados tlacopanes y tetzcucos. En su mente se agolpaban las imágenes del águila devorando a la serpiente, con la que los dioses les otorgaban estos dominios. Eran el águila, eran el ombligo de la luna, eran mexitli, eran México.

Con eso en mente, se levantó frente a sus ejércitos y los arengo: “No corran hacia el lago, no somos cobardes víboras como nuestros enemigos. Invoquemos la fuerza de nuestro dios Huitzilopochtli, gritemos el nombre de nuestra tierra que nos da la certidumbre de ser los amos y señores de estos valles. A cada paso tengamos México en el pensamiento, a cada golpe démosle el impulso de México, este nombre  es sagrado, nos da la fuerza para vencer al enemigo y nos protege ante la derrota, esta tierra es México y México se impondrá sobre los enemigos. ¡México, México, México!”

Al oír las palabras de Tlacaélel, los soldados de la triple alianza comenzaron a corear ¡México, México, México!, dirigiendo sus pasos de nuevo a la batalla, dando la espalda a la derrota y la humillación, peleando de frente por su patria henchidos de poder mágico de su invocación a los dioses. ¡México, México, México! El enemigo comenzó a perder fuerza con solo oír ese grito poderoso, dejaron de avanzar y comenzaron a ser derrotados.


Fue el primer triunfo de México, palabra divina que infunde valor, fuerza y espíritu para conquistar la victoria, arrebatándola de las garras enemigas y triunfar a pesar de todas las adversidades.

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Inspirado  en la narración histórica de Sergio Romano(Twitter @agendaromano) y Miguel de León-Portilla (http://www.letraslibres.com/mexico/tlacaelel-un-sabio-poder-detras-del-trono)

15 de noviembre de 2016

Infinitum de bajada

El servicio de acceso a internet de Telmex, conocido comercialmente como Infinitum, tiene buenas velocidades de bajada de datos. Excelente para ver películas, navegar en la mayoría de las páginas web y leer correos electrónicos. Sin embargo, tiene una gran falla y es que se ha quedado obsoleta en relación con las velocidades de subida de datos.

En los inicios de internet, como usuario doméstico lo que más te importaba era la velocidad de descarga. Descargar la información, fotografías, archivos y música que había en la red. No había una necesidad tener banda ancha para subir contenido porque éramos consumidores y no había necesidad de subir contenidos o interactuar en la nube.

Esto ha cambiado con el tiempo. Con el internet de las cosas y las páginas web como Youtube, Facebook, Twitter y los espacios virtuales para guardar información hacen que la velocidad de subida sea relevante en los servicios prestados por los proveedores de acceso a la red. Además, las consolas de videojuegos y los juegos más modernos se desarrollan en un ambiente “en la nube”, lo cual se complica mucho con la limitada capacidad de Infinutum para proveer mejores velocidades de subida.

Un ejemplo claro, experimentado personalmente, es el servicio recibido por Megacable. He tenido ambos servicios, contratados con 20 Mbps. En ambos, la velocidad de bajada no fue significativamente diferente. En la de subida, Megacable ofreció hasta 5 Mbps e Infinitum solamente 0.75 Mbps en la lectura más alta (En promedio 0.45 Mbps).

¿En que se traduce esa diferencia? Con Megacable era muy divertido jugar en línea e, incluso, transmitir en vivo a Youtube o Twitch. Con Infinitum no es posible ni jugar adecuadamente por el lag que se genera, ya no hablemos de intentar transmitir. Subir un archivo de 10 minutos a Youtube tomaba hasta 15 minutos con Megacable. Con Infinitum tardó hasta 6 horas. Hacer videollamdas por Skype o Hangout con muy buena calidad no era problema con Megacable, con Infinitum hablaba con pixeles, cuando se podían conectar las videoconferencias.

La interacción de los consumidores con la nube requiere de mejores conexiones de banda ancha. Lo ideal, serian servicios simétricos para descarga y carga a la nube. Esta falta de velocidad ocasiona que el servicio de Infinitum se perciba de mala calidad, cuando la única falla es en uno de los extremos de la experiencia actual de internet. Infinitum tiene la posibilidad de convertirse en el mejor proveedor de acceso a internet incrementando su velocidad de subida. De lo contrario, las quejas y cancelaciones por un “mal servicio” seguirán en aumento.


Por lo pronto, como extraño a Megacable.

30 de agosto de 2016

Nicolás Alvarado odia a Juan Gabriel.

Hoy, en el portal del diario Mileno, se publicó una nota firmada por Nicolás Alvarado, actual director de TV UNAM en el que habla del fallecimiento de Juan Gabriel y la reacción que, en calidad de director de un canal cultural de televisión pública, tuvo ante el suceso. En él, confiesa que Juan Gabriel no fue para él un ídolo, pero que reconoce el impacto cultural que tiene en México. Nicolás confiesa que el problema de no reconocer a Juan Gabriel como un ídolo es suyo, exclusivamente suyo, y está relacionado con la vida, las condiciones y las legítimas aspiraciones que tiene para sí. Reconoce en su penúltimo párrafo que la perdida es real y es de él.

En su último párrafo remata con una referencia a una canción, cuyo título es “Soy un esnob”, en una clara referencia a que Nicolás se ve a sí mismo como tal, lo que le imposibilita disfrutar el arte de Juan Gabriel. A pesar de ello, asume su responsabilidad como director de canal de televisión y la importancia cultural que tiene, y tendrá, la música de Juan Gabriel, por lo cual se transmitirá un programa televisivo como homenaje al Divo de Juárez.

Las redes sociales, algunos medios y los creadores profesionales de trending topics se le lanzaron a la yugular por sus confesiones:

“Me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada”

Y en la frase final de ese mismo párrafo, su mea culpa, “condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo evitar reaccionar como reacciono”.

Lo que me llama la atención es como muchos no soportan que la gente no piense como ellos y de inmediato viene la avalancha de descalificativos e intolerancia. Muchos lo califican de pseudo intelectual, pero esos mismos no saben usar correctamente las preposiciones gramaticales. Le reclaman que considere jotas y nacas a las lentejuelas, apoyados en el argumento de que sus gafas blancas y su forma de vestir son ridículas. Atacar la intolerancia con intolerancia.

Juan Gabriel era un iletrado. Él mismo lo decía abiertamente, no tuvo estudios de secundaria. Su condición fue humilde y paupérrima en sus primeros años de vida. La letra de sus canciones no son obras de arte rebuscado, son simples, llanas y entendibles por un pueblo, en su mayoría, iletrado como él. Eso lo convirtió en un ídolo.

A pesar de que Juan Gabriel no tuvo educación formal y de que Nicolás se presenta como un intelectual, comparten una característica que muchos deberíamos asumir: Viven la vida como consideran que serían felices. Juan Gabriel con sus canciones y Nicolás con sus aspiraciones intelectuales, ambos con su peculiar estilo. La diferencia, como el título de una de las mejores canciones de Juan Gabriel, es que uno es un ídolo por ser como la mayoría y el otro es blanco de nuestra intolerancia por no ser como la mayoría.


Y que cada quien reaccione condicionado por su propia circunstancia.

12 de febrero de 2015

Cambio de rumbo para México.

Todo gira alrededor del dinero. Triste, pero es una realidad que debemos considerar como válida para mejorar las formas de gobierno actuales. Durante la era comunista de la ex Unión Soviética, quedo demostrado que la raza humana no está creada para esa forma de organización económica. Las dictaduras, aún las del proletariado, demostraron que son imperfectas y que, al final de cuentas, un grupo reducido de personas obtienen beneficios fuera del alcance de la mayoría de los habitantes.
En mi opinión, el régimen comunista fracaso porque atentó contra uno de los derechos humanos indispensables: la libertad. Este derecho humano ejercido de diferentes formas tales como la libertad de pensamiento, de reunión, de movimiento, de profesión y un largo etcétera, es la base fundamental para una sociedad sana, con bienestar y con altos estándares éticos.
En una sociedad libre, hay un grupo de personas que quieren participar activamente en la política y las decisiones de gobierno y administración de los bienes públicos. También hay una gran mayoría que no quiere participar, a tal grado que ni siquiera ejerce su derecho a votar. A menor proporción de población interesada en participar en los asuntos públicos, mayor es la probabilidad de corrupción y malversación de fondos del grupo que sí participa.
Este escenario es el que está viviendo México en estos días. La apatía de la mayoría de la población, la aceptación tácita de que todos nuestros funcionarios públicos son corruptos, rateros, faltos de ética y sin escrúpulos, la lenta y constante cancelación de libertades económicas que el Estado ha ido promoviendo y la falta de objetivos claros para el país nos están hundiendo en la más profunda crisis que como país podemos enfrentar.
¿Cuáles deberían ser los objetivos de país que México debería enfocarse en lograr?
En los últimos años he pensado que los principales compromisos de un gobierno deberían ser garantizar la libertad, la salud, la seguridad, la educación y la justicia a su pueblo. En México hemos perdido el rumbo, nuestra clase política lo sabe, los abusadores de las circunstancias lo saben, los corruptos y ladrones lo saben, el pueblo lo sabe pero tiene miedo de hacer cambiar las cosas.
Las personas en el gobierno son reflejo de la sociedad que los vota. En una democracia a la mexicana, los partidos políticos eligen a los candidatos, el pueblo solamente los vota. Hay un pacto tácito entre partidos políticos para cubrirse las espaldas, pues todos, al final del día, son lo mismo y funcionan de manera similar. Se cegaron con las oportunidades y el dinero y encontraron formas rápidas de hacerse de lo ajeno. Sin pudor, sin vergüenza y sin remordimiento.
Fue un error dejar que llegaran a esos niveles y sigue siendo un error dejarlos actuar sin exigirles cuentas o mejores condiciones para el resto de nosotros. Es hora de exigirles que se vayan y dejen paso a gente honesta y comprometida con la población. Es hora de que los mexicanos cambiemos de mentalidad y recobremos lo que nos arrebataron.